MANOS EN DEFENSA

Utiliza tus manos con un fin, no de manera aleatoria. Cuando las mueves pueden hacer que pierdas el equilibrio y termines en una mala posición para defender.

Cuando tu contrario esté botando, mantén las manos relativamente quietas. Tienes que utilizar movimientos cortos si has de llegar a presionar al que bota. No son buenos los desplazamientos largos y agresivos, pueden hacer que te desequilibres.

 El uso de tus manos en defensa puede ser ventaja o desventaja dependiendo como las uses.

Sitúate  frente al adversario con las manos arriba centradas con el cuerpo cuando no las utilices para impedir pase o bote. Si extiendes lejos del cuerpo tus brazos para presionar, te será muy difícil reaccionar en línea de pase.

 

Mantén  las manos centradas igualadas más o menos en distancia con los hombros, apuntando tus codos hacia el suelo, con esta posición las manos pueden reaccionar más rápido y moverse en cualquier dirección para intentar desviar un pase.

Si quieres robar balón, hazlo de abajo a arriba o hacia fuera. Juega con las palmas de sus manos hacia arriba. Así, es más fácil golpear el balón hacia arriba y de esta manera es menos probable cometer falta si hay contacto. Es mejor empujar el balón hacia la parte de fuera si el atacante lo deja a tu alcance, de esta manera conseguimos separar  el balón del jugador impidiendo que recupere  el control fácilmente. Puede ayudarte también mantener una mano baja para evitar que tu contrario haga un rápido cambio entre las piernas. También molesta mucho al atacante que muevas agresivamente las manos cerca de su cara si ha dejado de botar.

Cuando tengas las manos en posición central aguanta un poco en tu reacción del movimiento del cuerpo o en las fintas. Siempre mantén tu atención en el movimiento del balón. Extiende tu mano para desviar el balón o puntear el tiro justo en el momento en que se mueve el balón. Y mantén tu cuerpo equilibrado para ser capaz de volver a ajustar tu posición de defensa para ir a la ayuda o llegar un corte después de pasar.

Mira los ojos de tu adversario en bote o como pasador, pero sólo debes reaccionar ante el movimiento del balón. Un pasador que no es hábil, es fácil  leer los pases que va a hacer. En cuanto levanta los ojos del balón, está señalando que va a pasar o tirar. Estando atento a esto te dará una ventaja de un segundo para poder anticiparte al movimiento.