El
equipo que queda como vencedor es el que hace muchos lanzamientos y con gran
acierto.
Si un
tirador contrario tiene una efectividad del 50%, y conseguimos que lance la
mitad, su porcentaje bajará al 50%. Si le presionas en defensa haciendo que reciba más allá de la
línea de triples, su porcentaje volverá a bajar. Podemos bajar su efectividad
si le permitimos los menos tiros posibles, y la mayoría de ellos exteriores.
Contando además con que no estará cómodo en el juego, pasará un mal rato. Podemos
ver también los sitios desde los que tira más cómodo en el campo, para tratar
de impedir también que tire desde esas posiciones. Si logramos además que antes de lanzar tenga
que botar, le podemos hacer fallar más tiros.
Debes de
estudiar a tu contrario. Saber cuál es su mano débil es importante, si lanza
rápido o se prepara, si lanza desde bote o desde pase. Cuanto antes sepas estas cosas, mejor podrás
defenderlo. Haz que utilice sus puntos débiles forzando en defensa. Estudia sus
jugadas favoritas del equipo contrario y cuáles son los sitios para anotar. Puedes
romper su juego si te anticipas y lo evitas.
Piensa que
los buenos jugadores anotadores, saben leer y reaccionar en su ventaja los
fallos de sus defensores. Para hacer
bien tu defensa, has de ser muy disciplinado y mantener tus fundamentos defensivos
y trabajar mucho los pies. Solo así podrás parar a tu atacante.
Tu atacante
puede conseguir algunas canastas por muy buena que sea tu defensa, pero si
cometes fallos de intentar robar el balón o quitar la vista del tuyo cuando
tenga el balón, encestará más veces. Cuando lance, reacciona presionando a lo
que hace. Intenta no hacer faltas a un buen anotador.
Un tirador
concentrado y confiado, es muy difícil de defender. Si tira desde un bote,
intenta que dé dos o no dejes espacio para botar. Haz que cambie su tiro
cómodo. Puntear el tiro suele ser suficiente presionando la mano del tiro, él
puede intentar para evitar el contacto, variar su tiro y con ello bajar su
porcentaje de tiro. Oblígale a cambiar su ritmo con tu presión en la defensa. Si
puedes, intenta distraerle y que su
vista se vaya las veces que puedas del aro.
Evita que
lance, cierra bien si lo hace, no dejes que vuelva a tirar en la misma
posesión. Lo mejor y más efectivo, es evitar que el anotador reciba el balón. Para
conseguir esto, hace falta un gran esfuerzo físico, pero no anotará si no tiene
el balón. El cansancio de piernas en un anotador en el desarrollo del partido
hace que su acierto disminuya. Haz que gaste tantas energías en intentar
recibir, como tú en evitarlo. Has de defenderle por todo el campo evitando que
el balón llegue a sus manos. Consiguiendo
esto, tendremos una oportunidad de ganar el partido.
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