viernes, 8 de febrero de 2013

IRIA VUELVE AL BALONCESTO

IRIA VILLAR SE VUELVE A CALZAR LAS ZAPATILLAS DE BALONCESTO
Después de unos años inactiva, Iria Villar regresa al club en el que había abandonado el baloncesto. Se despidió del deporte vistiendo la camiseta del Universitario en una fase de ascenso a la Liga Femenina, y vuelve al baloncesto cuando ese reto asoma de nuevo en su horizonte. Excampeona de la Universiada con España y de la Liga con el Celta, solo piensa en echar una mano al conjunto de Esteiro.
-¿Cuál fue el logro que le llenó más a nivel personal?
-Quizás la medalla que logramos en la Universiada de Palma del 2000, cuando nos colgamos el oro. Ganamos a Estados Unidos, el rival imbatible de siempre, y fue muy emotivo. Me acuerdo de llamar a todo el mundo. Luego, cuando me enteré de que nos iban a dar una prima... Yo hacía poco tiempo que estaba en la selección y no sabía que pagaban por ir. Yo habría pagado por ir convocada.

-¿Qué le llevó a dejar el baloncesto?
-La edad que tenía, 31 años. Me parecía que ya llevaba demasiado tiempo dedicada al baloncesto y me tenía que integrar en el mercado laboral. Creo que la incorporación de los deportistas a los trabajos normales, que se dice, es complicada. Porque te pasas media vida haciendo solo una cosa. Creí que ya era hora. Tenía una pareja, me fui a Madrid con él, estaba un poquito cansada y quería probar otras cosas. Para nada me planteaba volver a jugar.

-¿Tiene la sensación de que su carrera en el deporte masculino sería la de una estrella?
-Pero yo nunca busqué ser una estrella. Quizá soy poco ambiciosa en eso. Siempre me divertí, me gustaba jugar, vives una serie de experiencias que de otra manera no podrías disfrutar... Y las vives tanto en el baloncesto masculino como en el femenino. La diferencia está en la repercusión mediática y económica. Lo hablo muchas veces con mis hermanos, porque también jugaron al baloncesto. «Yo soy la que más lejos llegué», les digo. Pero no tengo pena por eso.

-La crisis machaca al deporte femenino. Muchas deportistas profesionales de antes ahora ya no lo puede ser.
-Se ceba con el deporte femenino porque depende mucho de las subvenciones. Estamos en época de recortes y son las que más lo están acusando. El nivel ha bajado. No puedes fichar a gente de calidad porque no hay dinero. Nos encontramos en Ferrol un equipo muy joven. Niñas con mucho talento, muchísimo, que necesitas intercalar con gente de más nivel y experiencia. Es como me formé yo, jugando en Vigo con casi las mejores.

-¿Con qué edad se fue a Vigo?
-Con 17 años, me fui a allí a hacer el COU.

-¿Fue una decisión difícil?

-Mi hermano me saca cuatro años, y él se vino primero a Ferrol con el OAR y luego a Gandía. Veía lo bien que lo pasaba, que conocía gente y sitios diferentes... La decisión fue fácil, aunque estar allí ya no lo fue tanto. Estudiaba, entrenaba tres veces al día, tenía que hacerme yo la comida... No estaba con mis amigos del instituto. Empezaba una vida nueva. Fue complicado.

-¿Resultó difícil que le convenciera para retomar el baloncesto su entrenador, Lino López?
-Le costó convencerme para hacer que viniera a entrenar, y yo dije que no. «¿Tú crees que voy a salir de casa a las 8 para ir a Ferrol y entrenar de 9 a 11?» Tras tanto tiempo sin tocar el balón, tenía miedo de hacer un poco el ridículo. El primer día que entrené estaba muy nerviosa, y parecía cadete. A medida que vine más, Lino me empezó a decir que me veía bien y que les echaría una mano. Confié en él: «Si tú dices que puedo aportar, pues venga». Luego me sentí tan a gusto que pensé: «Si hay la posibilidad, me quiero quedar».

-¿Se imagina la próxima temporada en la Liga Femenina?

-Ahora mismo me imagino en todos los sitios, en el extranjero, jugando... Todo lo condiciona el tema de la situación económica. De eso va a depender mucho esa posibilidad. Más allá de que se consiga el ascenso o no, ese es un factor importante.

Su ficha

Nació en Las Palmas en 1978. Cuando ella tenía un año, sus padres, de Cedeira, se instalaron en Pontedeume.

Comenzó a jugar al baloncesto en el Couceiro -hoy Pontumio- con 7 u 8 años, siguiendo la estela de su hermano. También probó en yudo, rítmica y ballet.

Milita en el Universitario, al que volvió tras cuatro temporadas inactiva.

Jugó seis temporadas en la Liga Femenina. Ganó dos Liga con el Celta y la Universiada de Palma 2000 con la selección.
Paulo Alonso Lois // foto: J. Pardo
lavozdegalicia.es

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