lunes, 3 de junio de 2013

EL ROS CASARES MIMA SU BASE UN AÑO DESPUÉS DEL FIN DE EQUIPO DE ENSUEÑO

       
El Ros Casares Valencia cumple hoy su primer año desde que renunció a seguir en la élite del baloncesto europeo e hizo desaparecer un equipo de ensueño y lo hace tras haber logrado salvar y reforzar su proyecto de baloncesto base.

Un comunicado en la tarde del 30 de mayo de 2012 firmado por Germán Ros, que en aquel momento era presidente de la entidad, anunció la desaparición de un proyecto que pese a lograr la excelencia deportiva no logró tener el arraigo social que buscaba.

Heredero del histórico Dorna Godella, el club fue el gran dominador del baloncesto femenino español en la última década al ganar ocho veces la Liga Femenina y siete la Copa del Reina y, tras varios intentos frustrados, cumplió su sueño de proclamarse mejor equipo del continente semanas antes de desaparecer.

"Era lo mejor que se podía hacer y el tiempo ha demostrado que era una medida inteligente. Sólo hay que ver cómo están las cosas, como está la economía y la sociedad", recordó a Efe Carme Lluveras, que fue directora general del club en sus últimos seis años.

"Para mi fue una etapa extraordinaria. Tuve la gran suerte de poder trabajar con lo mejor del baloncesto mundial", señaló Lluveras, que está convencida de que supieron adaptarse a cada momento y se mostró orgullosa de haber diseñado una de las mejores plantillas del Mundo.

"Hubo gente que pensó 'si se hubieran guardado algo de dinero', pero es que era el momento de hacerlo. Eran momentos buenos y de podía hacer. Tuvimos a las mejores jugadoras del mundo en Valencia", recordó la exdirectora general, que reconoció que tampoco así lograron una gran relevancia.

En la última plantilla brillaban nombres como los de las españolas Silvia Domínguez, Laia Palau y Sancho Lyttle al lado de grandes estrellas mundiales como Ann Wauters, Lauren Jackson y Maya Moore.

"Fue como si hubieran venido Kobe Bryant y Tim Duncan y ¿cuánta movilización hubo? Iban pasando estrellas y como si nada. Después cambió la situación y ya no tenía sentido. No generábamos nada y era absurdo seguir", explicó.

Lluveras, en cambio, se mostró muy satisfecha de que se haya cumplido el objetivo con el que pusieron fin al antiguo proyecto. "No queríamos cerrar el club, eran 11 años de historia e intentamos que continuara la esencia, el baloncesto base, y estoy encantada de que el club siga adelante", reiteró.

El club ha tenido esta temporada siete equipos de categorías inferiores y uno sénior y sigue contando con el respaldo económico de Ros Casares, aunque con un presupuesto de menos de cien mil euros, es decir más de treinta veces menor que el último de la entidad con un equipo en la élite.

Francisco Argaya, actual presidente del club, reconoce que "hoy por hoy sería imposible vivir sin la aportación de Ros Casares pero intentamos hacer cosas para ser autosuficientes".

"Germán nos dice que va a estar siempre ahí pero la vida da muchas vueltas. Eso sí, nos hemos sentado a hablar de la próxima temporada y van a seguir apoyándonos. Mejor no se pueden portar y más sabiendo que lo están pasando mal, como todos", apuntó.

Argaya se mostró muy satisfecho de que hayan podido mantener "la calidad en la cantera" y aseguró que se mantienen "en el segundo puesto del ránking de toda España".

De hecho el viernes pasado  su equipo cadete jugó las semifinales de un Campeonato de España, en el que el equipo júnior quedó quinto y para el que también se ha clasificado el de categoría infantil. Esas son las nuevas 'Finales a cuatro' del club valenciano.


EFE

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