 La entrenadora tinerfeña deja Isla Única para comprometerse con el Burgos de la máxima categoría del baloncesto femenino español
Esther Herrero recoge el fruto al trabajo bien hecho. Tras casi dos décadas en los banquillos, y los siete últimos años dirigiendo en Liga Femenina II, a la preparadora isleña le llega la oportunidad de debutar en la élite. Y es que su impronta no ha pasado desapercibida para el CB Burgos, que hace unas semanas ponía los ojos en la tinerfeña, con la que por fin ha llegado a un acuerdo para la próxima temporada.
Tras dos campañas quedándose a las puertas del ascenso con el Uni Tenerife y salvar la categoría in extremis este curso en Liga Femenina II dirigiendo al recién creado Tenerife Isla Única, Herrero ha decidido coger el tren. Una ocasión tal vez única para demostrar sus cualidades en la máxima categoría. La llamada de un club histórico, como lo es el burgalés (13 años de experiencia en la Liga Femenina), era ya suficiente aliciente como para mirar hacia otro lado, a lo que se podría unir el escaso margen de progresión de su último equipo, muy condicionado por las apreturas económicas que ya obligaron hace meses a la fusión entre Uni y Aguere. El de Herrero es el clásico ejemplo de jugadora de abandona muy pronto la cancha para explotar su sapiencia desde el banco. Aunque en su caso no sin pasar desapercibida. Desde preinfantil hasta júnior militó en el Cepsa Tenerife (llegó a ser quinta de España en cadetes y tercera en júnior, categoría, esta, en la que logró debutar en la por entonces llamada Primera División). En este club ya se estrenó como entrenadora de un cadete. Luego cambió de aires para militar en el Universidad de La Laguna durante dos cursos, en los que también alternó labores de jugadora y preparadora. Posteriormente se convirtió en una de las fundadoras del Uni Tenerife, donde siempre dirigió a su primer equipo, al que logró ascender a Liga Femenina II en el curso 2005/06. Además, llevó las riendas de algunos de sus equipos de base que tan brillante papel firmaron, hasta el punto de lograr dos títulos nacionales (cadete y júnior con la generación del 88) y otros tantos subcampeonatos. Argumentos suficientes como para no pasar desapercibida para el resto del baloncesto nacional y con los que incluso se ganó un hueco como ayudante en varias selecciones españolas de formación. Su mejor aval, la plata en el Mundial de Tailandia Sub 19 como mano derecha de Lucas Mondelo, ahora seleccionador absoluto. El fichaje de Herrero por el Burgos podría anunciarse en horas y la entrenadora tener un primer contacto directo con su nuevo club la próxima semana. Conocimientos iniciales en los que Javier Ruiz, el alma máter del club, será cicerone. Por delante, más de tres meses y medio (la liga arranca el 28 de septiembre) para configurar un grupo a su imagen y semejanza y no desentonar en su estreno. La papeleta no resulta sencilla toda vez que el cuadro castellano fue quinto esta campaña a las órdenes de Miguel Ortega. Ganas no le faltarán. CARLOS GARCÍA laopinion.es |
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