
En cuanto a los objetivos la cautela es la consigna: “Hemos tenido dos años duros pero creo que estamos mentalizadas y tenemos talento y equipo para estar entre los 5 primeros. Nadie piensa en medallas. Hay que estar tranquilas y sabiendo que cada partido es un final”, destaca Valdemoro.
Polonia sirvió para muchas cosas y entre otras Aguilar apunta a que es una lección que está más que aprendida: “Somos lo suficientemente maduras e inteligentes para tener la lección aprendida y ahora lo que tenemos que hacer es conjuntarnos y subir el nivel de intensidad y competitividad en los entrenamientos. Ir con humildad”. La receta, una vieja conocida, “si nosotros hemos tenido éxito es por tomarnos esto como un equipo, todas a una y no perder nunca nuestra identidad”.
El carácter ganador y de superación es otro de los signos de identidad de Valdemoro que afirma que “llevar tantos partidos jugados implica una motivación extra, ese querer siempre algo más” y asumir un nuevo rol no preocupa a la mejor jugadora de baloncesto de la historia de España: “No se nos van a caer los anillos si vamos a estar más minutos en el banquillo. Se es importante jugando y no jugando y transmitiendo ese querer de algo más”.
Recuperar el respeto de los rivales es otro de los objetivos según Valdemoro: “Tenemos que exprimir la última gota de sudor para que todos los equipos nos tengan respeto. Todo el mundo se piensa que ya nos puede ganar. Ahora tenemos que ser ese equipo incómodo y aguerrido que éramos para poder llegar y poner las cosas dificilísimas a Rusia”.
Feb
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