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Comparto esta publicación en el blog, porque creo que es de recibo y
además estoy de acuerdo con ella.
Dice así:
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El deporte se ha convertido en el más claro exponente de la
discriminación de las mujeres. El deporte femenino español está de
moda gracias a sus éxitos deportivos. El pasado fin de semana, la selección
española de baloncesto ha obtenido la medalla de plata en el mundial del
deporte con mayor número licencias de mujeres en España. Sólo en momentos
como éste el deporte practicado por mujeres se hace visible en los medios de
comunicación. Al día siguiente, de nuevo el olvido con la ausencia total de
seguimiento de las competiciones nacionales y las internacionales con
participación de nuestros equipos.
El innegable triunfo del baloncesto femenino español devuelve la ilusión
y la confianza en este deporte después de los resultados del masculino, que
goza de mucho mayor apoyo mediático y económico.
El éxito de nuestra selección coincide con el declive de la competición
nacional. Baste sólo un ejemplo. El actual campeón de la Liga Femenina
española, el Rivas Ecópolis, ve comprometida su viabilidad económica por la
ausencia de un patrocinio que permita el sostenimiento del club que lo
sustenta, el Club Baloncesto Rivas. Lo mismo ocurre con su cantera, una de
las mejores de España. Después de llamar a múltiples puertas, tanto
institucionales como empresariales, el recurso a la crisis es la única
respuesta obtenida.
El deporte se ha convertido en el más claro exponente de la
discriminación de las mujeres. En nuestro país se han dado importantes
avances hacia la igualdad de género. Muchas mujeres están demostrando tanto
en la política como en el mundo de la empresa su capacidad para dirigir y
para hacer las cosas mejor. Se empieza a hacer justicia y la mujer se hace
visible en estos campos, pero en el deporte continúa la invisibilidad,
invisibilidad fugazmente velada el día después -y sólo el día después- de
significados éxitos internacionales.
Con el salario de dos semanas de una estrella de fútbol se puede
construir un equipo de baloncesto femenino
Patrocinio y capacidad de obtener recursos para hacer viable un proyecto
deportivo está íntimamente ligado a la visibilidad. Es muy difícil obtener
apoyo económico cuando la empresa que patrocina no va a obtener retorno
publicitario. Para muestra un botón: mientras el fútbol masculino obtiene
ingreso de las televisiones, los clubs del baloncesto femenino para cumplir
su obligación en competiciones europeas de televisar determinados encuentros,
tienen que pagar su producción. El esfuerzo realizado por la FEB en su
acuerdo con Teledeporte marca el camino a seguir.
Otro ejemplo: con el salario de dos semanas de una estrella de fútbol se
puede construir un equipo de baloncesto femenino que aspire a ganar la Liga
española. Con el salario de una semana se haría un equipo para jugar con
dignidad en esa máxima competición nacional.
Así es imposible no sólo crecer, sino siquiera sobrevivir. De las
recientes medallistas españolas, sólo cuatro juegan la competición nacional.
La fuga de talentos es cada día mayor. Rivas Ecópolis tiene el orgullo de
haber ayudado a crecer deportivamente a dos jugadoras que han sido básicas en
este éxito: Laura Nicholls y Anna Cruz, además de Laura Gil, que por
desgracia pasó casi toda la temporada lesionada.
Pero el Club Baloncesto Rivas va a intentar continuar su trabajo por el
baloncesto femenino, eludiendo el camino que, por desgracia, llevaron a
tantos clubes femeninos a la desaparición. Por ello vamos a iniciar una
campaña de micro patrocinios. Si eres empresaria de éxito haz lo posible por
apoyarnos. Si te gusta el baloncesto femenino ayúdanos.
Clara Ruiz es exjugadora y vicepresidenta del Club Baloncesto Rivas
EL PAÍS
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