“A ilusión no debe ganarnos nadie” decía Orenga poco
antes de comenzar el mundial de baloncesto 2014.
Juan Antonio
Orenga y sus jugadores enfrentaban con muchas ganas e ilusión el inicio del
campeonato. Llevaban más de un mes con el objetivo y, sobre todo, con el deseo
de que "nadie gane a España en
cuanto a ilusión se refiere".

No ha sido sencillo llegar a ser
voluntario en el Mundial de Baloncesto. La FIBA y la FEB recibieron 15.000
solicitudes. Todas pasaron por un filtro en el que se premiaba la experiencia
previa como voluntario, el conocimiento de idiomas o la facilidad comunicativa
entre otros. Los que superaron esta prueba
tuvieron entonces que completar
una formación on-line para familiarizarse con su trabajo durante estos
días y concienciarse de su importantísima labor y asistir a cursos presenciales
en cada sede. Además, los voluntarios internacionales asistieron a un campus
especial en Madrid durante dos semanas y allí fueron distribuidos entre las
diferentes sedes de la primera fase antes de volver a la capital de España o
viajar a Barcelona para la fase final.
Son las caras desconocidas del
mundial y no están cerca ni de los focos ni de las cámaras. Pero sin duda la
labor de los voluntarios ha sido la clave para el éxito en la organización y desarrollo de este
Mundial de Baloncesto Spain 2014. Unos
1200 nacionales y 120 internacionales, han trabajado para que todo salga
como correspondía a lo largo de la primera semana de competición en Granada,
Sevilla, Bilbao y Gran Canaria, donde se ha disputado la fase previa. La ayuda y
su colaboración con las Fuerzas de Seguridad y la asistencia
sanitaria ha sido imprescindible y muy
elogiada.

Forman un grupo de trabajo excelente
y su trabajo comienza a primera hora de la mañana, cuando los operarios y
responsables inician la jornada, y las
selecciones acuden a hacer el entrenamiento matinal. La jornada media del voluntario
de unas seis horas, pero muchos de ellos se ofrecen para que les asignen tareas
complementarias que faltan por reforzar, permaneciendo así todo el tiempo posible en el Palacio de los
Deportes, respirando por todos los poros “baloncesto”, finalizando su jornada
al acabar el último partido.

En la sede de Granada, los 330
voluntarios han estado divididos en diferentes áreas operacionales. Todo ello
bajo la supervisión de Alberto
Casado, responsable de voluntariado en la sede andaluza.
Son los siguientes:
- Competición encargada de la organización del evento en la pista.
Movimiento de los carteles
publicitarios, pasan la mopa para limpiar el sudor de los jugadores y les
acompañan en los calentamientos para darles lo balones.
- Medios de
comunicación en las
zonas de trabajo, en las ruedas de prensa y en las tribunas. Además, los “runners”,
ofrecen las estadísticas actualizadas tras cada cuarto a la prensa.
- Transporte acompañando a los medios de
comunicación y diferentes personalidades desde el hotel hasta el pabellón y
viceversa.
- Acomodación, una de las áreas más conocidas
entre los voluntarios. Se encargan de que cada persona ocupe el asiento que le
corresponda según la entrada.
- El área de
tecnología Ofrecen su
ayuda para que todo funcione correctamente a nivel informático.
- Los “team
attaches” permanecen
junto a la selección que les haya sido asignada durante las 24 horas del día
con el fin de satisfacer todas aquellas necesidades que puedan surgir a lo
largo del campeonato.
- Logística se encargan de la reposición de
todo tipo de elementos necesarios para el evento como material deportivo o
catering.
- Acreditaciones formalización de los pases de todas
las personas que tienen acceso al pabellón.

- Promoción
y marketing se encargan
de dar visibilidad al Mundial con las diferentes campañas publicitarias que
realizan en las calles de la ciudad.
- La oficina
de voluntarios se gestiona
toda su labor y una parte de ellos trabaja para que sus compañeros disfruten y
trabajen con solvencia durante estos días en Granada.
Los voluntarios, han sido las 330 estrellas anónimas del Mundial de
Baloncesto en Granada. Muchos de ellos han renunciado a sus últimos días de
vacaciones por este evento. Han sido el engranaje del Mundial de
Baloncesto que no se juega en la cancha.
Me he entusiasmado
con todo lo vivido: por el baloncesto en sí, por conocer a otras personas que
disfrutan de este deporte, por estar al lado de estas estrellas profesionales
de las selecciones, de una forma tan cercana y no solo por estar físicamente en
la misma pista”, comenta Rocío Blanco,
voluntaria de del Mundial
de Baloncesto en Granada.
Cada mañana Rocío junto con sus compañeros del albergue,
pisos, residencias…, hacia el Palacio Municipal de Deportes. No sabían que
emociones les aguardaría ese día ni tampoco, aunque no les importaba, a qué
hora volverían al albergue a descansar.

Ya es normal verles por los pabellones uniformados
de morado y azul, siempre con una sonrisa y disfrutando del baloncesto cuando
los turnos se lo permiten. Han decidido vivir el Mundial de una manera
diferente, sacrificándose pero disfrutando el día a día de formando parte del
torneo.
El público los ve, les preguntan, pero nadie sabe sus nombres, todos vemos el cielo abierto cuando tenemos
una duda y vemos a un voluntario aparecer en nuestro camino. Los
voluntarios son los chicos y chicas para todo del Mundial.
Rocío resalta el trato recibido por los responsables del voluntariado, el
respeto, el cariño y la dedicación de todos.
El Mundial se ha ido de Granada y los voluntarios quedarán en el olvido
mientras Rudy, Navarro, los Gasol, Reyes, etc,
siguen consiguiendo canastas, pero su labor durante estos días es
encomiable. Son los actores secundarios de una película con protagonistas de
lujo.
Esta experiencia única será algo que se quedará en la memoria de estos chicos y chicas; la mirada de Splitter, el chiste de Navarro, la seriedad de Ibaka, la amabilidad de Pau, los comentarios de Calderón, la sinceridad de Neto, la complicidad de Rudi, y un muy, muy largo etcétera, es su recompensa.
Esta experiencia única será algo que se quedará en la memoria de estos chicos y chicas; la mirada de Splitter, el chiste de Navarro, la seriedad de Ibaka, la amabilidad de Pau, los comentarios de Calderón, la sinceridad de Neto, la complicidad de Rudi, y un muy, muy largo etcétera, es su recompensa.
La palmada en el hombro, la sonrisa, la amabilidad,
el comentario, el saludo o simplemente el hacerles notar que forman parte de
esto por parte de los jugadores, junto con alguna foto, autógrafo, alguna
camiseta, toalla o botella de agua y un chulísimo uniforme, es lo que se llevan
a cambio de su participación en este Mundial 2.014.
Por suerte, mi hija Rocío, ha tenido la gran oportunidad
de ser una de las personas que han podido vivir esta experiencia única.
Felicidades Rocío.

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