martes, 17 de junio de 2014

Elisabeth Betty Cebrián, una referencia en el baloncesto nacional.


Elisabeth Betty Cebrián, es un buenísimo ejemplo de referencia en el baloncesto femenino.

Por sus 196 centímetros, Betty marcó una época en el baloncesto femenino. En 1987 una joven de Tarragona palió en gran medida la histórica falta de altura de la selección española.

Desde aquel inicio han pasado 14 años de buenos rebotes, de técnica y de buen juego en el poste bajo. Gracias a su presencia se pueden entender los éxitos de España en los últimos diez años; comenzando por el oro de Perugia en 1993, con el bronce de Me Mans, pasando por el quinto puesto en Barcelona 1992. Realmente, Betty Cebrián no participó en Daruvar, pero ayudó a que sus compañeras recuperaran el examen suspendido siendo cabeza visible de la regeneración que llevó a España a copar el podio durante cinco europeos consecutivos. Ella disfrutó de los dos primeros, pero más lo haría con el segundo, el que nos mandaba con pleno derecho a nuestros segundos Juegos Olímpicos. Y a los suyos, por descontado. Solo ella y Marina Ferragut repetían experiencia tras Barcelona'92. Porque casi se podría decir que en la selección una no se puede entender sin la otra. Ambas se combinaban en pista con magistral inteligencia, jugando Cebrián en el poste bajo y Marina abriendo defensas con su proverbial mano o haciendo daño a la espalda de las ayudas. Marina fue tan importante como nuestra protagonista. Sus 253 entorchados superan por uno la alucinante marca de Betty.

Si fue una referencia en la selección durantemuchos años, también dejó huella en los clubes en los que participó: Vigo, Tortosa, Hospitalet, Alicante, Barcelona, Madrid,... Y Nueva York: la pionera, junto a Amaya Valdemoro, de nuestras jugadoras en disputar la WNBA.

Tras su paso por las pistas, Betty tuvo un corto paso por los banquillos dirigiendo durante unos pocos meses al Bàsquet Ribes en 2006, pero su carrera se encaminó hacia los despachos de la FEB y de FIBA Europa, ayudando al basket desde otro plano.

202 partidos internacionales adornan la trayectoria de Elisabeth Cebrián Scheurer. Un nombre y dos apellidos leídos y escritos centenares de veces que identifican a una persona inteligente, a una referencia del basket femenino durante muchos años.

Betty ha sido ejemplo para decenas de compañeras, ha sido guía de sus equipos y de la selección española. Se las arregló para ser importante allá donde jugó, por encima de su imponente físico.

La número 14 nos regalaba con su movimiento de pies, que terminaba con un gancho con la izquierda empezando en el lado derecho del ataque, con tremenda fuerza en su defensa del 1x1 contra cualquier tipo de defensoras, con una gran capacidad para el contacto del cuerpo a cuerpo.

El tiempo ha pasado, pero Elisabeth Cebrián Scheurer siempre ha querido seguir siendo esa misma persona accesible, llana y calmada. Por estas cosas y muchas más, se entienda como esta mujer ha llegado a ser una de las mejores jugadoras de la historia del baloncesto nacional.

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